«El fuego de la hoguera, en aquella noche mágica, fue pequeña llama en comparación con el que ardió en sus ojos cuando miró a los míos».Sonia Olmos no tiene claro qué hacer con su vida. Pero sí sabe que necesita desconectar de todo y qué mejor que irse a pasar las vacaciones de verano a Cuatro Estaciones, el pueblo donde vive su mejor amiga, Jimena. Y donde, además, está el ojazos verdes de uniforme que lleva meses robándole el sueño.Carlos Marín es guardia civil en Cuatro Estaciones. No es hombre de relaciones esporádicas y ni mucho menos de relaciones a distancia, porque cuando él se entrega, se entrega en cuerpo y alma. Quizá por eso, aunque Sonia le guste muchísimo y pase noches en vela hablando con ella, no se atreve a lanzarse. Y eso lo está volviendo loco. Tan loco como esa fascinante mujer.Pero las vacaciones, los largos días al sol del verano, las fiestas, las noches eternas y la irremediable cercanía entre los dos harán que todas las barreras caigan y que todos los peros dejen de importar. Porque, como todo el mundo sabe, cuando el amor llega a Cuatro Estaciones, no hay nada que lo detenga. Y Sonia y Carlos serán puro fuego y dulce romance.
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