Yo nunca sería padre…
Siempre dejé muy claro a mi esposa que tener un hijo no estaba en mis planes. Todo mi enfoque estaba en dirigir la empresa familiar, y no había tiempo ni espacio para dedicarme a un niño. Sin embargo, ella ignoró lo que le había repetido tantas veces y quedó embarazada. Jamás podría haber previsto que Grace moriría en un trágico accidente, dejándome con un recién nacido prematuro.
No quería a mi hijo, y ella solo deseaba una oportunidad para ser madre. En un primer momento, el odio fue instantáneo. Esa médica no tenía derecho a entrometerse en mi vida ni a cuestionar la forma en que estaba actuando. Por mí, habría sido despedida del hospital, pero, lamentablemente, la institución pertenecía a su familia.
Por más que quisiera deshacerme de ella y de la situación a toda costa, fue Jaqueline Vaughn quien me hizo ver que necesitaba redimirme con mi hijo y convertirme en un hombre mejor.
